Si te cruzas con algún fantasma aquí adentro, simplemente ignóralo; pero si se pone fastidioso, recítale algún verso en voz alta, que con eso será suficiente... (Si te toman por loco, no es culpa mía.)

sábado, 8 de febrero de 2020

Cálices de fuego




Aquí estoy
     Parturiento de ansias
          Derrumbado y demente
          Bajo el incontenible alud de tu besos.

      Tu aliento hiere mi sombra
          En tus brazos se resquebrajan los brazos del tiempo
       Mientras mi cuerpo, impaciente, se disgrega en llamaradas de luz.
              Escapa así, enajenada y fatal, mi alma
                                         Escapa –indómita- rumbo al encuentro de tu alma.

  Y hay puentes salobres tendidos sobre un océano inmemorial
    Donde truenan las ansias,
       vociferan mudos relojes, 
                            y gimen, elocuentes, los placeres
        Como raíces eclipsando el devenir.

Ya no hay derrotas en el instante de nuestro instante
       Solo cálices de fuego urdidos en el derrotero de nuestro abrazo
           Pétalos de sangre cuajados en los bordes umbríos de nuestros labios
Vientres sanguíneos extirpándose la nada a fuerza de colisión
                   Hay estrellas que explotan
                                     en el interior de un abismo




2 comentarios:

  1. La memoria duerme, se distrae, se asfixia ...pero no muere, todavía. Y tú César, como la estás pasando en tiempos de pandemia? Espero que todo bien. No importa si no publicas comentarios, lo principal es saber que los amigos antiguos, existen y su alma vibra a través de sus escritos. Vendré a leerte... Un abrazo enorme.

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  2. ¡Hola César! Tanto tiempo que no llegaba hasta tu morada y encuentro que somos sobrevivientes del 2020. Aún seguimos vivos y con la poesía adormecida en el alma, pero también tan viva como nuestros corazones. He visto que no has actualizado tus enlaces de blogs más leídos (Perfume de Rosas ya no existe hace mucho tiempo). ¿Podrías agregar mi enlace actual? https://sombriabelleza.blogspot.com/

    Con todo el cariño de siempre: Cristina.

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